Our design for Bauhaus’ campus was conceived while thinking of integrative concept of place and spacial interaction. From the beginning, our goal was to break through the structural hierarchy of the current educational institutions. Therefore, we consider the circle as generator shape, given its geometric qualities, by which the edges converge in the center as common space, for interaction and assembly, both inter-personal and visual.
Flexible and interconnected areas, in which the programs are constantly interact with the persons and their daily routines. When referred to persons, we don’t specifically mean the student within the campus, but a project that will serve as enrichment for both students and outside users. The glass enclosures emboldened these ideas of transparency and interaction, offering spaces visually interconnected from any angle.
The programs are approached by the use, and all volumes are attached through a micro-perforated tape that serves as skin and facade of the building. Alternatively, this skin can be modified by artists (as well as the environment surrounding the lot), being exposed to constant changes according to the trending cultural movements. Therefore, the project represents the constant change and dynamics that our current society requires.
Nuestro diseño para el campus de la Bauhaus se origina al repensar en forma conjunta el significado de lugar e interacción espacial, nuestro objetivo fue desde un principio, romper con la jerarquía estructural que plantean actualmente las instituciones educativas. De este modo tomamos al círculo como forma generadora debido a las cualidades de su geometría, donde encontramos unos extremos que confluyen en un centro como espacio común, de reunión y de interacción tanto interpersonal, como visual. Espacios flexibles e interconectados, en los cuales los programas son intervenidos constantemente por las personas y sus rutinas diarias. Cuando nos referimos a personas, no nos encerramos puntualmente al estudiante del campus, ya que el hilo conductor del proyecto es que el mismo funcione como un lugar enriquecedor tanto para estudiantes, como para usuarios externos a la universidad. Los cerramientos vidriados acentúan estas ideas de transparencia e interacción, brindando espacios visualmente conectados desde cualquier ángulo. El desprendimiento de programas se configura al abordar los mismos en materia de uso; aun así, todos los volúmenes se atan a través de una cinta micro-perforada que conforma la piel y fachada del edificio. De forma cambiante, esta piel permite ser intervenida por artistas (al igual que el entorno que rodea el terreno), exponiéndose a constantes cambios según los movimientos culturales influyentes del momento, representando el proyecto, el constante cambio y dinamismo, que la sociedad de nuestra actualidad requiere.